Una experiencia llena de fraternidad y esperanza

El pasado 13 de noviembre, los alumnos del ECYD del colegio Mano Amiga Villas de San Juan realizaron una visita al asilo María Asunta para ancianas pobres, Madres Blancas, dejando una profunda huella de alegría y esperanza en las residentes del lugar.

La actividad contó con la entusiasta participación de 37 alumnos, tres profesores, una madre de familia, los Legionarios de Cristo, el Padre José Manuel y el Padre César, así como el director de la Institución, el Lic. Gonzalo Heredia.

El apostolado fue organizado por el profesor Santos, la maestra Dulce María y el Padre José Manuel, quienes diseñaron un programa lleno de momentos significativos para las mujeres del asilo.

Durante la visita, los estudiantes convivieron con las residentes, compartiendo pláticas, testimonios y vivencias que tocaron corazones. Como muestra de cariño, les obsequiaron flores y mensajes escritos con palabras de motivación. Además, se unieron en oración a rezar el rosario y cerraron la jornada con emotivas canciones que llenaron de alegría el ambiente.

Esta actividad no solo dejó frutos visibles en las mujeres del asilo, sino también en los alumnos, quienes aprendieron el valor de la empatía, el servicio y la entrega desinteresada.

“Fue una experiencia que nos ayudó a crecer como personas y a compartir el amor de Dios con quienes más lo necesitan”, comentó uno de los jóvenes participantes.

Sin duda, este apostolado demuestra cómo la solidaridad y el amor pueden transformar vidas y estrechar lazos entre generaciones. La comunidad del ECYD continúa mostrando su compromiso con los valores humanos y cristianos y sembrando esperanza en cada acción.

“Ver a los alumnos interactuar con las residentes fue conmovedor. La entrega, la empatía y la alegría que mostraron nos recordó el verdadero significado del servicio. Este tipo de actividades forjan en ellos valores que durarán toda la vida”, comentó la Profa. Dulce María Rodríguez Ramírez.

“Me sorprendió cómo algo tan sencillo como una canción o una conversación puede hacer feliz a alguien. Salí de ahí con el corazón lleno y con ganas de seguir ayudando a más personas”, Maximiliano Rivera Ortega, alumno del ECYD.

“Esta actividad no solo fue un acto de caridad, sino una oportunidad para que nuestros jóvenes vivieran el amor de Dios en acción. Las mujeres del asilo nos enseñaron tanto como nosotros pudimos ofrecerles. Fue un día lleno de gracia y bendiciones”, P. José Manuel Reyes, L.C.

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