Dentro de la celebración del 60° aniversario de la Red de Colegios Mano Amiga, 1,450 personas, entre alumnos, familias y colaboradores de los colegios Mano Amiga de Chalco, Querétaro, Zomeyucan, Lerma, León, Puebla y personal de las oficinas de la Ciudad de México, asistieron el pasado 15 de marzo a la Basílica de Guadalupe para su peregrinación anual y participar de la santa misa que concelebraron los padres Raúl Lopez Orozco, L.C., capellán de Mano Amiga León, Cristóforo Gutiérrez, L.C., capellán de Mano Amiga Zomeyucan, Jesús Ángel López Mijares, L.C., capellán de Mano Amiga Puebla y Patrick Barry, L.C., capellán del colegio Mano Amiga Lerma.
En la homilía, el P. Raúl López, L.C. comentó que era un gusto poder estar a los pies de la Madre Santísima quien da mucho consuelo y serenidad al corazón cuando se está cerca de ella. Recordando el acontecimiento Guadalupano, cuando San Juan Diego llegó ahí, el regocijo que debió haber sentido al escuchar una música celestial y que, lleno de júbilo, se dirige a ver dónde se encuentra el origen de esa alegría, esa música y esa serenidad y se percató que era la presencia de la Virgen María.
“La Virgen María le llama a Juan Diego, le dice “Juanito, Juan Dieguito” y él se siente interpelado. Cómo no sentirnos ahora mismo, cada uno de nosotros interpelados por la voz de nuestra Madre Santísima. Cada uno sienta la llamada de la Virgen María, que nos llama por nuestro nombre individual”, comentó el Padre.
La felicidad se busca de muchas maneras y por caminos equivocados y no se encuentra, y la Virgen pregunta ¿A dónde te diriges? “La Virgen como buena madre nos quiere centrar, nos dice: “Jesús es el camino, Jesús es la verdad y Jesús es la vida, como si nos dijera: “Hijo no te pierdas”.
Exhortó a que la devoción y el amor a la Virgen de Guadalupe no se reduzca solo a tener una imagen, sino que sea en una imitación. Y que cuando diga: ¿A dónde te diriges? le digamos: “María, voy camino de Jesús, voy camino de tu hijo, a quien tú aquí, me lo quieres mostrar y me lo muestras cada día”.
Sin lugar a dudas, este encuentro espiritual con la Madre Santísima fue una bendición para toda la familia Mano Amiga, un regalo que dejó huella en todos los participantes.
