Del 2 al 29 de mayo, los alumnos del Colegio Mano Amiga Querétaro vivieron con profunda devoción y alegría una hermosa tradición: ofrecer cada día flores a la Virgen María, madre, amiga y compañera.
Cada mañana, un grupo de estudiantes llevó una flor hasta la capilla del colegio como símbolo de gratitud por su cercanía maternal y su constante intercesión. Luego de rezar juntos tres Avemarías, los niños cerraban los ojos y traían a su corazón a las personas que aman, ofreciendo su oración y una flor a los pies de la Virgen con un canto lleno de ternura, diciendo: ¡Gracias, María!
Durante todo el mes, el regazo de la Virgen se fue llenando de colores, fragancias y amor, en un gesto diario que expresaba la sencillez y profundidad de la fe de los más pequeños.
El momento culminante se vivió el último día, cuando cuatro alumnos, representando a los grados de tercero de preescolar y sexto de primaria, coronaron con alegría a la Virgen, como signo de honor y amor por su presencia constante en sus vidas. Fue un acto lleno de emoción, gratitud y esperanza.
“Me gusta traer flores a Mamita María porque sé que nos ama mucho y cuida a mi familia y a mí”. — Alumno de quinto de primaria
“Es un gozo ver con qué cariño los niños llegan cada día con sus flores para saludar a nuestra Virgen María y agradecerle. Ella es verdaderamente nuestra amiga”. — Maestra de primaria.
Con este gesto sencillo pero profundo, los alumnos aprendieron que la oración y los pequeños actos de amor también son formas poderosas de acercarse a Dios por medio de María.
